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Un “air-e” de esperanza para la región

El reto del servicio de energía no es solo para los millones de hogares costeños, sino para la competitividad de nuestras empresas y de nuestro ecosistema de emprendimiento. 

Para los emprendedores tener un suministro confiable de energía no es una ventaja competitiva, pero no tenerlo representa una amenaza para la confiabilidad del servicio que prestan, el incremento de costos y alejar la inversión directa. 

Para finales del año 2015 la queja sobre el servicio de energía era unánime, por lo que se comenzó a gestar la gran cumbre energética que se llevó a cabo el 16 de enero del 2016 y que, para mí, es el inicio de lo que esperamos sea la solución definitiva al mal servicio de energía de la región. 

Con la presentación de la estrategia Plan 5 Caribe en la cumbrese invitaba a reforzar el plan de transmisión nacional en el Caribe mediante convocatorias de UPME y se exigía al Grupo Gas Natural, propietarios de Electricaribe, a efectuar inversiones en las redes de distribución por un monto cercano a los 1,2 billones de pesos en los cuatro años siguientes.  

Hay que reconocer que esa estrategia funcionó a nivel de transmisión y subtransmisión; es más, todavía se siguen desarrollando otros proyectos de interés bajo este esquema. Sin embargo, no existió por parte de la casa matriz la inyección de capital requerida y la situación financiera de Electricaribe confluyó en no poder cumplir su parte y en la crisis que finalmente terminaría con su intervención 10 meses después. 

 ¿De dónde y por qué llegó la crisis? 

El cambio de dueño cuando Gas Natural compra Unión Fenosa es el principio del final. El desconocimiento del mercado llevó a una estrategia equivocada de administración, compras de energía que, unido a falta de inversiones, deterioró el servicio hasta niveles críticos. El recaudo cayó entre el 2009 y el 2016 de 92 % al 82 %, las pérdidas llegaron hasta casi un 30 % y la calidad de servicio llegó a ser de 120 horas en promedio sin servicio por usuario, bastante lejos del promedio nacional que son cerca de 35 horas. 

La intervención de la empresa era indispensable y tenía como propósito, en un principio, mantener el servicio al menos en las condiciones que se estaban dando, asegurar las compras de energía que se requerían y mantener una fuerza laboral desmotivada y estigmatizada por la comunidad. Además, buscar un nuevo agente que asumiera la prestación del servicio.  

En una búsqueda inicial del nuevo operador en la cual se presentó un solo interesado, se identificaron las necesidades de, en primer lugar, dividir la empresa para que pudiera ser accesible a los mercados locales y, en segundo, solucionar el problema del pasivo pensional que arrastraba la empresa desde las antiguas Electrificadoras de la Costa. Solucionados estos inconvenientes en el Plan de desarrollo del Gobierno Nacional, se dividió el mercado en lo que se llamó Caribe Sol y Caribe Mar 

Luego de un proceso largo y costoso para el gobierno, finalmente se adjudicaron los mercados al Grupo EPM, quien resultó favorecido con Caribe Mar y llamó a la empresa AFINIA. Por otra parte, el grupo llamado Consorcio de Energía de la Costa, quienes resultaron favorecidos con Caribe Solbautizaron su empresa con el nombre de AIR-E.  

Llega AIR-E a un mercado difícil, pero gestionable y de un gran futuro, ya que nuestra demanda crece al doble del promedio nacional. Tendrá la inmensa responsabilidad de atender la subnormalidad y la pobreza de nuestra región, reconquistar el mercado no regulado industrial y comercial, atender la expansión y reposición de equipos y sistemas con grandes inversiones.  

Estas inversiones estimadas en 2,3 billones de pesos para los próximos cinco años deberán representar en el expediente tarifario que tendrán que presentar a la CREG, unas tarifas que les permitan llevarlas a cabo, con el compromiso de la empresa de cumplirle a los usuarios, con pena de sanciones y multas. 

Anterior a la pandemia los índices de recaudo, pérdidas y calidad de servicio eran malos, después se pusieron peor. Llevar la empresa a niveles aceptables será un proceso largo, de mucha inversión y paciencia.  

Este nuevo AIR-E de esperanza es un acuerdo tácito y de reciprocidad entre la confianza que debe proyectar la empresa a sus usuarios la paciencia y solidaridad que como usuarios debemos tenerle a un proceso largo y complejo. 

Por: Edgardo Sojo, Mentor Endeavor y expresidente de Electricaribe. 

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